"Todo lo que hagas en la vida será insignificante pero...

...es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará" Esa frase es la central de la película Remember Me, una de mis favoritas, quizás no es la gran película pero esa frase ya la hace valer la pena. Completo, el párrafo dice "Gandhi decía, todo lo que hagas es la vida será insignificante pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará...creo que tiene la razón, al menos en la primer parte, como cuando una persona llega a tu vida y una parte de ti dice 'No estás preparado para esto' y la otra parte dice 'Hazla tuya para siempre'" ¿Realmente todo lo que hagamos en la vida va a ser insignificante? No. 

Nadie es insignificante, desde el momento en que somos concebidos somos algo grande, si podemos (Si quiera antes de hablar) cambiar la vida de las personas, nuestros padres y otros parientes, significa que no estamos hechos solo por qué si. Da igual si nos quieren, nos crían o nos abandonan, incluso aunque nos abortasen, ya cambiamos sus vidas para siempre y eso antes de siquiera saber decir nuestros nombres, incluso antes de tener nombre. Entonces, imaginen todo lo que podemos hacer, lo grandes que somos. Lo sé, probablemente muchos de nosotros llegaremos a viejos sin haber encontrado la cura de una enfermedad o sin haber sido presidentes o millonarios, pero aún así al momento de morir, con nuestra sola existencia habremos cambiado la vida de cientos de personas. Si insultamos a alguien en un semáforo, quizás le enseñemos a un niño chiquito a no tener modales, si ayudamos a una persona mayor esa persona va a dormir más tranquila porque sabe que sus nietos quedan en un mundo donde todavía hay buenas personas, si no compramos ese tapado de piel, salvamos una vida, si lo compramos, la extinguimos. Si tiramos esa botella a la laguna, asesinamos un poco al mundo, si no lo hacemos, lo salvamos un poco más. 
Hay cientos de ejemplos, quizás estúpidos, que podría decirles.

Cualquiera que se tope con nosotros, va a llevarse algo de nosotros, pero no dividiendo, sino multiplicando. Cuando conocemos a alguien y le enseñamos algo, multiplicamos nuestro pensamiento, lo compartimos. Y al momento de morir, o simplemente de mirar hacia atrás en la vida, habremos multiplicado nuestro pensamiento cientos de miles de veces.

Nuestras elecciones y nuestros pensamientos cambian mucho y a muchos, quizás no podamos cambiar el mundo, pero el mundo nunca es el mismo ni antes ni después de cada uno de nosotros y eso definitivamente, no nos hace insignificantes.